JUICIO A LA DIDACTICA TRADICIONAL
Uff !!
Se que espere con ansias que llegara el día en que tendríamos que defender algo que en su mayoría pensábamos era indefendible.
El día sábado 19 de Mayo llegó el momento tan esperado y nos pusimos a dar argumentos en pro de esta tan vapuleada herramienta pedagógica, que ha sido por muchos años nuestra compañera fiel y a quien hoy día desestimamos en pro de los avances propios de los días en que vivimos.
Lo paradógico del hecho, fue que logramos defender una posición extremadamente dificil, inmersos en un planteamiento nada más contemporáneo como fue este juicio, es decir, hicimos una defensa basados en lo que nos atacaba.
Ganamos el juicio, especificamente porque la fiscalía no pudo conceptualizar un ataque donde más nos podía doler, mientras que la defensa sólo desvió la mirada de los espectadores hacia un culpable distinto... no era entonces la didáctica tradicional la culpable, sino que quienes no eran capaces de entregar o de ocupar lo que ella nos daba.
Para los que actuamos por la defensa y creo que igualmente la fiscalía, nos tocó una semana muy complicada pues tuvimos que buscar y encontrar información para darle peso a los argumentos que esgrimiríamos.
En mi caso especial, imbuirme en la filosofía ignaciana y entender en que consistía el ser un jesuita fue realmente una tarea enorme. No se cuantas cosas leí, cuantos resúmenes hice, cuantas preguntas me hice, las respondí y luego deseche, para quedarme finalmente con cuatro, de las cuales sólo se pudo comentar dos. Cuento aparte fue el tratar de darle un grado de credibilidad al personaje, lo que significó tratar de conseguirme una sotana, pero la respuesta fue... hoy los curas no usan sotanas. Entonces como hacerlo... una camisa oscura, un crucifijo sobre el bolsillo de la camisa y un pedazo de cartulina en el cuello sirvieron para convertir a Antonio en el padre Antonio y aunque no me lo crean, asumí el personaje y en ese momento hubiese matado por demostrar que lo que el padre Antonio planteaba era lo correcto.
Toda una historia, una fantástica experiencia, una mejor instancia de estudio y creo que en nuestro caso un merecido premio al estudio, la preparación y el lavado de cerebro para defender algo que en general creíamos indefendible
Antonio p.j. ruz
21/05/07
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